Monday, 21 December 2009

Microrrelatos de Navidad

Pedro se levantó como siempre sobre las siete, pero hoy el corazón latía más rápido que nunca. No hizo parada para verse en el espejo o lavarse las manos o ni si quiera para orinar. La emoción de recibir su primer balón de fútbol, si era ese su regalo, le quemaba de alegría. Cuando llegó al salón, derrapó hasta el árbol, pero allí no había nada. Saltó al ver que los regalos estaban en el sofá.
"¡Qué señor más cómodo!" pensó.
Los colocó en el suelo. Desde allí se oían los ronquidos de su padre y los de su madre como contestación.
Eran dos cajas iguales, verdes , con el clásico sello de El Corte Inglés, y con "Pedro" escrito en blanco. Eran cuadradas pero se veía y se notaba que lo que ocultaban era algo redondo.
"¡El balón de fútbol!" volvió a decirse.
Y, sin abrir la caja se dispuso a golpear el interior ( que si , como suponía , fuera un balón rebotaría) Preparó la derecha, la calentó, dio dos saltitos y lanzó un zapatazo que ni Cristiano Ronaldo en sus mejores tiempos.
Los cristales volaron por todo el salón, y se oyó a su madre diciéndole a su padre.
"¿Habrá visto ya la bola del mundo de cristal?"
Pedro abrió los ojos.
"¡Albricias! me equivoqué de caja." se maldijo

IM 9W


Era la mañana del 26 de diciembre. Santa Claus estaba en el gimnasio intentando bajar esos kilillos que sobran. El pobre no podía verse las puntas de las botas porque una enorme barriga grasienta le impedía ver más allá de su ombligo. Hacía flexiones, abdominales, levantaba pesas... Y el impaciente hombrecillo del traje y el gorro rojo no veía resultados, así es que siempre ahogaba sus penas con un cocktail de chocolate y vainilla con virutas de fresa. En ese momento Mamá Claus entró en la cocina y exclamó: - "Nicolasus Martínez Claus ¿ No te tengo dicho que no piques entre horas?. Te recuerdo que tu traje ya no se puede agrandar más, y como engordes, los pobres niños quedarán desconcertados cuando te vean con el traje amarillo que te regaló mi madre. ¿ No decías que ibas a ponerte en forma con el gimnasio que los reyes magos te regalaron el año pasado?."
Al oír esto Santa Claus salió disparado hacia el gimnasio, pero a la media hora volvió a tener hambre. Abrió la nevera y sólo encontró productos sanos como " Danacol" para el colesterol y para las defensas " Actimel", y como Mamá Noel no podía prescindir del Petit Suisse, también había muchos... Santa Claus empezó a tomarse la dieta más en serio, y al cabo de un año , fue elegido el hombre más sexy del planeta por la revista People, destronando al pobre Johnny Deep. Nadie podía creerse el cambio que había dado este hombre, ni siquiera Chuck Norris.
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¡Es la hora, se acerca la Navidad!
Después de esperar en ese remoto rincón del sitio más oscuro de toda la casa, donde no he podido lucir mis colores rojos en contraste con ese verde oscurecido durante un año, por fin soy colocada en el maravilloso árbol con mis otras amigas. He tenido la suerte de que me ha colocado el mayor de los cinco hijos cuidadosamente, haciéndolo lo mejor posible para que no me caiga.
Sólo voy a estar unos días aquí colgada, pero no me importa, estoy contenta porque veré las luces brillar en la oscuridad e la noche. Nochebuena es el día en el que hay que lucirse porque vienen todos los familiares. Siempre le dan un pequeño vistazo al árbol y luego se fijan en los detalles. Yo ya sé lo que los abuelos van a decir, ya que dicen lo mismo todos los años y además varias veces : " ¡Mira que árbol tan bonito!, mira, la estrella es preciosa. ¡ Cuantas bolas! La que más me gusta es ésta" dicen apuntándome a mí. Luego los padres encienden las luces y los abuelos dicen : "¡Ah! ¡Cómo brilla!" Este es mi día favorito.
Al día siguiente llega el momento más odioso de todos, Navidad. Es el día más odiado por varias razones. La primera es porque los niños reciben sus regalos, esto es muy malo porque siempre dañan el árbol. El año pasado a uno le regalaron una espada y la cogió y empezó a zarandearla y en uno de los movimientos golpeó y en el árbol se cayeron cinco de mis amigas. Por otra parte, no lo entiendo, no se pueden conformar con sus regalos sino que tienen que coger a una de mis compañeras y empezar a jugar al fútbol con ella. Por último volveremos a ese lugar oscuro, sin un milímetro de espacio, hasta que nos coloquen en el árbol el año que viene.




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